Puerta de Alcalá, Madrid
Descripción
INCYE asumió la concepción y montaje de siete jaulas alrededor de cada escultura, destinadas a dos fines principales: primero, amarrar las esculturas a elementos estructurales de sujeción conectados a puntos resistentes para combatir potenciales desequilibrios; y segundo, suspender de dichos armazones partes de las esculturas si llegasen a retirarse algunas de las grapas entre las piezas que componen cada cuerpo.
Partiendo de estos requisitos, se diseñaron seis jaulas con vigas Superslim para la fachada oeste (Cibeles): dos para las panoplias a los lados del frontón, dos para las panoplias esquineras y dos para las esculturas sobre el frontón. A ellas se suma otra para el Escudo de la Fama, en la fachada este (Retiro).
Todas siguen el mismo concepto de diseño: una mitad apoyando sobre la cumbrera de la puerta y la otra por delante del paramento, para así poder rodear cada cuerpo. Por motivos obvios de estabilidad y para minimizar las cargas sobre la fábrica, la parte volada descansa sobre una cimbra de hasta 20 m de altura erigida sobre el paseo enlosado entre la puerta y el parterre.
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Proyecto
Puerta de Alcalá -
Localización
Madrid
Información detallada
Dado que, a priori, no era posible determinar si las esculturas se desmembrarían ni en cuántas piezas, INCYE optó por especificar en sus planos de montaje las cargas admisibles que podían actuar aislada o simultáneamente en diferentes vigas principales de las jaulas. De este modo, el equipo de restauración podría saber en cuántas piezas descomponer los cuerpos y dónde atarlas a las jaulas para no exceder los umbrales resistentes de la estructura.
Las jaulas medían entre 3,40 y 5,30 m en paralelo al paramento y unos 7 m en perpendicular, con la mitad sobresaliendo de la planta de la puerta, no tanto a causa del volumen de las esculturas, sino por la necesidad de salvar el andamio y la lona ya instalados por delante de la fachada. Por tal motivo, la cimbra Kwistage para el apoyo de las jaulas resultó un tanto esbelta. Se optó por disponer tres niveles de conexión entre la cimbra y la fábrica, a tercios de altura, para contrarrestar cualquier tendencia al pandeo o a la inestabilidad. Dichos anclajes se efectuaron mediante barras roscadas de acero embebidas en resina atacando las juntas entre sillares.
Las jaulas esquineras volaban, además, sobre los paramentos laterales. Dicha zona se conectó al centro de un sillar mediante tensores y anclajes químicos (barras roscadas y resina).
La mitad de cada jaula apoyada sobre la puerta se ancló a la cubierta embebiendo barras roscadas de acero en una meseta de mortero, la cual debía conectarse a la superficie de la cumbrera soportando cargas en las tres direcciones sin deslizar ni despegarse. Las tres jaulas de los frontones presentaron la complejidad de que ese mortero tenía que unirse a un paramento curvo.
El rendimiento de montaje fue de unos cuatro días por cada jaula con su cimbra y anclajes. La jaula doble del frontón oeste se montó en unos seis días.