Entre los dos cordones inferiores de la cercha y cada torre se disponen sendos gatos verticales con teflón dotados de libertad de movimiento en la dirección longitudinal de la cercha (paralela a los cordones).

Asimismo, la cercha se vincula transversalmente a cada torre mediante un tetón bajo la cercha que topa contra unos topes atornillados a las vigas de cabeza de la torre.

Las torres apoyan sobre la grada llegando a alcanzar los 24 m de altura la pata más larga. Las patas no se anclan a la grada sino que están simplemente apoyadas debido a la baja capacidad portante de las bancadas de la grada.

Por lo tanto, las condiciones críticas de diseño como torre autoportante fueron las de estabilidad al vuelco (estado límite último de equilibrio) y de patas comprimidas.

Por debajo de la grada, y en prolongación vertical perfecta de cada pata, se dispusieron apeos verticales de alta capacidad (sistema tubular modular Pipeshor) sin arriostramientos intermedios para transmitir el peso de la cercha al terreno sin necesidad de abrir boquetes en la grada.

Como medida adicional de seguridad ante la magnitud de esta intervención, la Dirección Facultativa exigió la instalación de codales (tornapuntas) destinados a soportar cargas horizontales de 300 kN en dirección longitudinal y 150 kN en transversal, aplicados en la cabeza de cada torre.

 Para poder derivar esas cargas a puntos fijos de la grada, los codales resultantes, a base de elementos tubulares Pipeshor, fueron 2 en longitudinal de hasta 27 m de largo, y 1 en transversal de casi 20 m.